La mallas no son lo único

“Lo más sencillo es comprarse una malla y lo difícil es entrenar”, dijo Osvaldo Arsenio, Director Nacional Técnico-Deportivo refiriéndose a las supuestas “mallas fantásticas” de la marca de indumentaria Speedo y Arena.

La tecnología ha mejorado la natación y eso está demostrado en los trajes, pero por si solos no tienen la capacidad de quebrar los 38 records mundiales que se consiguieron en las 43 pruebas del último mundial de natacion. Las mejorías en los deportistas radican en los sistemas de entrenamiento, que junto a las nuevas formas de recuperación le dan a los atletas entre 6 u 8 horas diarias de práctica a muy alta intensidad. Además el desarrollo de la biomecánica es vital para la evolución de hoy en día de estos deportistas de elite.

“En una prueba realizada en Lausanne -ciudad suiza donde se encuentra la sede del máximo ente fiscalizador mundial de la natación (FINA)- se determinó que todos los trajes se hunden cuando se les opone una resistencia de 100 gramos”, sostuvo Arsenio. Este es el peso que tiene uno de los celulares más vendidos del momento (Samsung x576).

Las mallas comprimen al nadador hasta el mínimo exponente y lo convierten en una “bala” que, completamente hidrodinámica, puede completar las distancias con mucha menor resistencia al agua y con algo más de flotabilidad.

De todas maneras, las nuevas mallas creadas por Arena (Glite) y Speedo(LZR) son en centécimas más beneficiosas en crol y en espalda, pues no se modifica el sentido horizontal del cuerpo en el agua. Mientras que en mariposa y pecho al romper continuamente el hilo de nado, al entrar y salir del agua, no solamente se pierde la “flotabilidad” que le confiere la indumentaria, sino también no puede realizar una excelente desarrollo del estilo.